sábado, 26 de marzo de 2016

7 intentos de aproximarse a la belleza a través de 2 medinas


Hasta las primeras décadas del siglo XX tanto las medinas de Tetuán como la de Chefchaouen tenían el carácter de “prohibidas”. Quien no profesaba el islam o no fuese parte de la cultura germinada al interior del mundo árabe o bereber, se jugaba la vida si decidía traspasar cualquiera de las puertas de las murallas que hasta el día de hoy rodea estos típicos barrios  en el  norte de Marruecos.


Este carácter hermético, mantenido hasta no hace muchos años, ha permitido mantener las estructuras y costumbres más rancias de estos grupos humanos que tras la expulsión definitiva del antiguo territorio de la península ibérica conocido como al-Ándalus en el siglo XV, decidieron seguir siendo fieles a sus costumbres y creencias, migrando al África con el afán de reiniciar sus vidas replicando, en parte, lo que habían perdido y transmitiendo su particular forma de entender el mundo de generación a generación.