martes, 11 de abril de 2017

INSPIRACIÓN

“Nada más natural que lo sobrenatural encarne en los hombres y hable su lenguaje".

Nombrándolos como demonios, genios o musas el hombre de la antigüedad encontró la forma adecuada de identificar a fuerzas que, intuidas como externas, tenían poder para influir de manera decisiva en el proceso de creación. Voces sagradas o profanas eran capaces de susurrar en la mente del creador el camino adecuado para dar forma al objeto funcional o a la obra de arte dotada de condiciones para responder con satisfacción a las carencias y necesidades de un determinado grupo humano. El artista o el creador era puente por donde descendían los designios divinos en atención a las demandas humanas.

Gustave Moreau. Las musas dejando a su padre Apolo para venir a Iluminar el mundo,1876