Desde la semioscuridad de una habitación de muros de barro que soportan un techo de madera, un campesino ve colarse pequeños fragmentos de luz exterior. El tiempo de lluvias se acerca, una jornada de reparación es indispensable.
Un artesano atiza el fuego de una fragua y su esfuerzo es recompensado
por el despliegue de luces y sombras que tras el humo y el crepitar de las
brasas, danzan sobre un tiznado muro de cal. El horno está presto para iniciar
su labor.
Una monja de clausura observa
desde su cama las inconfundibles señalas de las primeras horas de la mañana penetrando
inmisericordes por su ventana. El rezo de los laudes debe empezar.
Fotos: Autor Martín Chambi |
Todo es útil, las señales son eficientes, estructuran las jornadas y la
arquitectura tamiza y hace legibles los fenómenos externos que penetran al
interior bajo la forma de códigos conocidos. A través de ella se evidencian los
ciclos, los cortos, los medianos y los largos. Así funciona la arquitectura
vernácula, el diálogo con el usuario es permanente.
Diálogo situado, sin embargo, casi en exclusividad dentro del plano
utilitario. En la mayoría de los casos ni el campesino, ni el artesano ni la
monja se conmoverán ante la aparición de algún fenómeno, a los cuales los
reconocen pero para asociarlos a una función práctica, y formará parte de su
estructura rutinaria, tan opaca como útil.
Para sentir algo extraordinario y entrar a diálogos a otro nivel estaban
los “otros” edificios, concebidos ex profesamente para impactar, para conmover
y hasta para intimidar. Escalas
monumentales, proporciones perfectas, órdenes ancestrales todo coligiendo para
interactuar con el eventual visitante a niveles mucho más profundos que la
cabaña, el taller y la celda. Las élites encargadas de estructurar a una
determinada sociedad conocían el poder la arquitectura para materializarlo y no
escatimaron esfuerzos en hacerlo. Siempre fue así y así estuvo bien.
En la actualidad, la gran mayoría de nuevas construcciones, tengan un fin
cultural, religioso, político o lúdico demuestran serias dificultades para
sintonizar con los eventuales visitantes y entablar relaciones capaces de
generar emociones y suscitar experiencias al menos de mediana trascendencia. No
es tema de este texto explicar el por qué, pero sólo hay que mencionar que un
mundo globalizado en donde todo nos es dado pero nada nos pertenece no es de
extrañar estas ausencias.
En esta nueva escena vuelve a aparecer la arquitectura vernácula, aquella
heredera de la cabaña el taller y la celda ancestrales, que sin habérselo
jamás propuesto y pese a la infravaloración de muchos sectores de la sociedad
contemporánea es capaz de proporcionarnos experiencias y emociones difíciles de
encontrar en el resto de la arquitectura actual ¿A qué se debe esto?
Tomando fragmentos de imágenes de algunas celdas monásticas del
Monasterio de Santa Catalina de Sena de Arequipa, las cuales forman parte de
este tipo de edificios utilitarios de la época colonial, ensayaré algunas
claves para construir esta esfera efectiva de percepción.
Fragmentos de diferentes celdas de monjas del monasterio de Santa Catalina de Sena de Arequipa |
Una nueva
intención perceptiva
Saciados de edificios que quieren ser singulares pero casi todos son
deudores de los rígidos moldes impuestos por la industrialización, nuestros
sentidos reconocen y agradecen el hecho de encontrar la sabiduría del
constructor en un patio que debió ser cuadrado pero funcionalmente se deformó
en trapecio, las manos perennizadas del albañil en una masa de arcilla luego
endurecida, los huecos que perforan un muro y que componen una fachada con
vanos nunca iguales pero siempre parecidos. Demostrándonos, en algunos casos, que la eficiencia y la
belleza no se encuentra en las proporciones de una matemática exacta sino en el
umbral del dominio de las técnicas aprendidas de los ancestros y en el conocimiento de lo que los materiales son
capaces de ofrecer.
CONTINUARÁ…
¡Felicitaciones y bienvenido a la blogosfera! Espero la continuación. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias maestro!! viniendo del "gurú" de los blogs es un honor que seas el primero en comentar. La continuación en unos breves días... Un abrazo
EliminarAmena lectura, espero la continuacón, Un abrazo Gonzalito!
ResponderEliminarGracias por tu comentario. La continuación en los próximos días. Un abrazo
EliminarTodo un poeta amigo. Un abrazo y esperamos pronto que lo continúes.
ResponderEliminarMe recuerda que en Sevilla éramos el dúo vernáculo... Tu sabes como sigue
Si me acuerdo de ese memorable dúo en Sevilla. Tu con tus catedrales y yo con mis monasterios en busca precisamente de la arquitectura TRASCENDENTAL.de eso pretende seguir tratando el blog.
EliminarUn abrazo compadre chileno
Quiero leer la continuacion del texto. Como tu me haz indicado Gonzalo, mi trabajo sobre 'experiencias arquitectonicas extraordinarias' totalmente se relaciona con tu investigacion. Aseguremosnos de encontrarnos y conversar durante ACIR 2014 en Arequipa la semana que vienes.
ResponderEliminarGracias por tus valiosos comentarios Julio. Se de sobra que eres una autoridad en la materia y me encantará conversar personalmente sobre estos temas
Eliminarnos vemos el Jueves en Arequipa ... te contesto hoy desde Washington a 10,000 km de distancia ... parece increible que nos vayamos a ver tan pronto ... ah, el poder de la tecnologia!
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