martes, 14 de octubre de 2014

Experiencias trascendentes en la arquitectura vernácula (I)



Desde la semioscuridad de una habitación de muros de barro que soportan un techo de madera, un campesino ve colarse pequeños fragmentos de luz exterior. El tiempo de lluvias se acerca, una jornada de reparación es indispensable.

Un artesano atiza el fuego de una fragua y su esfuerzo es recompensado por el despliegue de luces y sombras que tras el humo y el crepitar de las brasas, danzan sobre un tiznado muro de cal. El horno está presto para iniciar su labor.

Una monja de clausura  observa desde su cama las inconfundibles señalas de las primeras horas de la mañana penetrando inmisericordes por su ventana. El rezo de los laudes debe empezar.


Fotos: Autor Martín Chambi

     
Todo es útil, las señales son eficientes, estructuran las jornadas y la arquitectura tamiza y hace legibles los fenómenos externos que penetran al interior bajo la forma de códigos conocidos. A través de ella se evidencian los ciclos, los cortos, los medianos y los largos. Así funciona la arquitectura vernácula, el diálogo con el usuario es permanente.

Diálogo situado, sin embargo, casi en exclusividad dentro del plano utilitario. En la mayoría de los casos ni el campesino, ni el artesano ni la monja se conmoverán ante la aparición de algún fenómeno, a los cuales los reconocen pero para asociarlos a una función práctica, y formará parte de su estructura rutinaria, tan opaca como útil.

Para sentir algo extraordinario y entrar a diálogos a otro nivel estaban los “otros” edificios, concebidos ex profesamente para impactar, para conmover y hasta para intimidar.  Escalas monumentales, proporciones perfectas, órdenes ancestrales todo coligiendo para interactuar con el eventual visitante a niveles mucho más profundos que la cabaña, el taller y la celda. Las élites encargadas de estructurar a una determinada sociedad conocían el poder la arquitectura para materializarlo y no escatimaron esfuerzos en hacerlo. Siempre fue así y así estuvo bien.

En la actualidad, la gran mayoría de nuevas construcciones, tengan un fin cultural, religioso, político o lúdico demuestran serias dificultades para sintonizar con los eventuales visitantes y entablar relaciones capaces de generar emociones y suscitar experiencias al menos de mediana trascendencia. No es tema de este texto explicar el por qué, pero sólo hay que mencionar que un mundo globalizado en donde todo nos es dado pero nada nos pertenece no es de extrañar estas ausencias.

En esta nueva escena vuelve a aparecer la arquitectura vernácula, aquella heredera de la cabaña el taller y la celda ancestrales, que sin habérselo jamás propuesto y pese a la infravaloración de muchos sectores de la sociedad contemporánea es capaz de proporcionarnos experiencias y emociones difíciles de encontrar en el resto de la arquitectura actual ¿A qué se debe esto?

Tomando fragmentos de imágenes de algunas celdas monásticas del Monasterio de Santa Catalina de Sena de Arequipa, las cuales forman parte de este tipo de edificios utilitarios de la época colonial, ensayaré algunas claves para construir esta esfera efectiva de percepción.



Fragmentos de diferentes celdas de monjas del monasterio de Santa Catalina de Sena de Arequipa



Una nueva intención perceptiva

Saciados de edificios que quieren ser singulares pero casi todos son deudores de los rígidos moldes impuestos por la industrialización, nuestros sentidos reconocen y agradecen el hecho de encontrar la sabiduría del constructor en un patio que debió ser cuadrado pero funcionalmente se deformó en trapecio, las manos perennizadas del albañil en una masa de arcilla luego endurecida, los huecos que perforan un muro y que componen una fachada con vanos nunca iguales pero siempre parecidos. Demostrándonos,  en algunos casos, que la eficiencia y la belleza no se encuentra en las proporciones de una matemática exacta sino en el umbral del dominio de las técnicas aprendidas de los ancestros  y en el conocimiento de lo que los materiales son capaces de ofrecer.

CONTINUARÁ…                                 


9 comentarios:

  1. ¡Felicitaciones y bienvenido a la blogosfera! Espero la continuación. Un abrazo.

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    1. Gracias maestro!! viniendo del "gurú" de los blogs es un honor que seas el primero en comentar. La continuación en unos breves días... Un abrazo

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  2. Amena lectura, espero la continuacón, Un abrazo Gonzalito!

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    1. Gracias por tu comentario. La continuación en los próximos días. Un abrazo

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  3. Todo un poeta amigo. Un abrazo y esperamos pronto que lo continúes.
    Me recuerda que en Sevilla éramos el dúo vernáculo... Tu sabes como sigue

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    1. Si me acuerdo de ese memorable dúo en Sevilla. Tu con tus catedrales y yo con mis monasterios en busca precisamente de la arquitectura TRASCENDENTAL.de eso pretende seguir tratando el blog.
      Un abrazo compadre chileno

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  4. Quiero leer la continuacion del texto. Como tu me haz indicado Gonzalo, mi trabajo sobre 'experiencias arquitectonicas extraordinarias' totalmente se relaciona con tu investigacion. Aseguremosnos de encontrarnos y conversar durante ACIR 2014 en Arequipa la semana que vienes.

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    1. Gracias por tus valiosos comentarios Julio. Se de sobra que eres una autoridad en la materia y me encantará conversar personalmente sobre estos temas

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  5. nos vemos el Jueves en Arequipa ... te contesto hoy desde Washington a 10,000 km de distancia ... parece increible que nos vayamos a ver tan pronto ... ah, el poder de la tecnologia!

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