“Grandes ondas de silencio vibran en los poemas”
Gaston Bachelard
Cuando
advertimos la existencia de experiencias que no pueden ser definidas ni
verbalizadas, o peor aún, que en el intento por hacerlo terminamos disolviendo
la esencia de lo inefable, descubrimos en el silencio un recurso valioso para
custodiar, celosamente, lo que en algún momento fue conquistado. El silencio
posee grandes capacidades para conservar aquello que, expuesto a la intemperie
del mundo, termina por oxidarse y perder su brillo original; aquel brillo que cuando fue contemplado cegó
nuestra mirada prosaica y nos indujo a cerrar los ojos en busca de una
interioridad reflexiva desde la cual se atisba el mundo con mayor profundidad.
Visto así, el silencio es sobre todo una abstención.
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Vincent Van Gogh. Noche estrellada sobre el Ródano, 1888 |