Como un adelanto del libro “Poética
de un mundo habitado”, que será presentado este martes 10 de abril a las 7 de la noche en
el Auditorio William Morris de la Universidad Católica de Santa María de
Arequipa, publicamos su prefacio con algunas de las imágenes que se encuentran
disgregadas a lo largo de los 70 textos.
Un reconocimiento a los blogs “Mimoleskine arquitectónico” y “Trampantojo” que fueron la matriz original en
donde se acunaron ciertos textos y se publicaron algunas de las fotografías.
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Portada del Libro “Poética de un
mundo habitado”
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PREFACIO
Al interior de las formas con que
cada cultura se concluye, los hombres expanden o comprimen su naturaleza.
Ejercitando las dinámicas propias de su existencia terminan por ajustarse a las
normas que la habitación segregada les propone. La arquitectura siempre ha sido
un modo eficiente de validar la realidad por la cual una sociedad se inclina;
sin embargo, toda construcción implica tanto selecciones como renuncias. En ese
proceso, muchas verdades advertidas como inútiles para apuntalar una idea son desdeñadas,
desvaneciéndose junto a ellas los escenarios en donde el hombre podría
concretar, a cabalidad, la plenitud de su esencia humana.
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C.Z.V., Maraña, Jaisalmer, India
2007.
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De toda forma de realidad, la que
reconoce como su única fuente de referencia a la razón, es la que mayor filo
tiene para escindir el resto de vertientes consustanciales al hombre. La
sociedad contemporánea, alineada cada vez más a esta posición, moldea tipos
humanos para que no cuestionen su estructura sino, más bien, concuerden con
ella y la apuntalen.
Un hombre encasillado y reducido a
un rol asignado llena su vacío existencial siguiendo las reglas del sistema de
producción y consumo, siendo llamado a
poseer el objeto efímero, el cual lleva en su extinción la ordenanza de un nuevo
gasto. La arquitectura, como máxima obra de producción humana, no podía dejar
de ser arrastrada a esta inusual condición.
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C.Z.V., Parque Explora, por
Alejandro Echeverri, Medellín, Colombia. 2016
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Disminuida la habitación queda
también reducido el habitar. Lo que antes formaba parte de una dinámica a
través de la cual el ser humano daba forma a su existencia al interior de los
espacios segregados, es hoy en día un proceso maquinal de acomodos tanto
corporales como de los objetos acumulados
por los habitantes. En el vórtice del consumo voraz las imágenes de las
cosas se agotan. La arquitectura que devino en objeto no tiene otra alternativa
que recurrir a repertorios de otra naturaleza, los cuales ya nada tiene que ver
con los lenguajes emergentes de su esencia material o con la narrativa que su sociedad buscaba
perennizar.
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C.Z.V., Reflejos de otoño, Templo
Rengeji, Kioto, Japón. 2010.
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El discurso contemporáneo que gira
en torno a la arquitectura se centra así mucho más en el objeto soberano que en
las posibilidades que surgen entre las interacciones del habitante con el artefacto. Si cada época
termina resaltando en su arquitectura vertientes específicas del habitar, la nuestra ha subrayado las más
superficiales.
En este texto setenta temas son
recuperados para mostrar la multiplicidad de sentidos que puede derivarse del
hecho de habitar. A partir de ellos, y mediante una lectura no necesariamente
lineal se pretende articular un discurso que destaque lo poético como
inevitable resultado humano de practicar sus hábitos en medio o al interior del
espacio segregado.
C.Z.V., Pasos seriados, Kurama
yama, Kioto, Japón 2007.
El habitar es poético en la medida
que, al ser ejercitado, el habitante establece conexiones con el mundo que lo
acoge, y en ese proceso logra autodefinirse y crea realidades válidas en sí
mismas fundadas a partir de la
reciprocidad. El habitar humano primordial era poético no por elección, sino
por una necesidad constitutiva nacida de la espontaneidad, por lo tanto, no
obligada a cernirse por los finos tamices de la razón.
En los setenta textos desarrollados
no se pretende sentenciar conceptos definitivos, pues al hacerlo se estaría
atentando precisamente con lo que se quiere destacar: que sólo la experiencia
personal es la única vía válida para encontrar la pluralidad de sentidos y las
significaciones múltiples como esencia del habitar poético.
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C.Z.V., Monasterio en las rocas, Meteora, Grecia. 2010.
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Carlos Zeballos Velarde y Gonzalo Ríos Vizcarra, autores del libro. |
Algunas ideas que despiertan al descubrimiento y la navegación de este libro.
ResponderEliminarNo ha sido una sorpresa encontrarme con sus textos, ya sabíamos o vislumbrábamos su consolidación por las publicaciones virtuales, de los blogs “Trampantojo” de Gonzalo Ríos y “Mi Moleskine Arquitectónico” de Carlos Zeballos. Pero cuando uno tiene el ejemplar físico entre manos, brotan como manantiales fecundos, los recuerdos y referentes literarios con los que uno se tiene que ubicar, como coordenadas necesarias, para ocupar un lugar en su espacio, el del libro quiero decir.
A principios del siglo pasado se publicaba el libro más vanguardista de nuestra literatura y probablemente de la literatura en español. “Cinco metros de poemas” de Carlos Oquendo de Amat, una propuesta audaz que nos invitaba a una lectura diferente, como este libro “Poética de un Mundo Habitado”, no solamente en sus contenidos, sino en su forma. Un acordeón de casi cinco metros daba inicio a lo que hoy conocemos como libro objeto.
Un libro objeto, por lo general no se conforma con la contemplación, sino que exige del lector u observador, acciones. Acciones de descubrimiento, de asombro, de seguimiento. Es decir, hay que interactuar con el objeto para que éste cobre vida.
Otro libro, “Canto Sideral” del poeta José Luis Ayala, publicado a fines del siglo pasado, cuya vocación de ser casi infinito es como sigue: 20 Poemas lo conforman, cada uno con 20 versos numerados, con la propuesta de una lectura libre y aleatoria. Se puede leer siguiendo un orden clásico, o comenzar a interactuar como a uno le apetezca (Cada verso está separado físicamente de los demás), leer los números pares, leer los impares, leer los que acaben en cinco, leer lanzando los dados, entonces el libro se agranda y adquiere una dimensión súper dilatada en el tiempo.
Este libro, tiene esa magia, digo magia y recuerdo a la Maga de Julio Cortázar en su novela “Rayuela” donde el autor también nos propone leer, cada capítulo, en cualquier orden, como si estuviéramos jugando al “Tejo”, y donde cae la piedra empieza el juego, metáfora por cierto para decir que donde uno ponga el ojo empieza la lectura.
Pero volvamos al libro de las delicias, aquí yo puedo decir que hay una evolución, un trabajo de mayor lucidez para jugar con el azar y la lectura. En los setenta temas propuestos por el autor, encontraremos palabras claves que son parte del texto pero resaltadas y señaladas al final del texto enunciado, se convierten en un portal a otra dimensión, a otro texto, que también tiene otros portales.
Así, abordar este libro, se convierte en un viaje interminable, una elipsis temporal, como en las películas donde el hilo conductor juega con el tiempo, un tiempo personal definido según la emoción de cada uno.
Cada lector hace su travesía, no hay dos viajes iguales. Es la poesía la que como una poderosa corriente de agua nos acerca a los conceptos, a la poética con que se ha edificado este libro, sea con palabras, sea con imágenes u otros sustentos.
Ahora es preciso hacer algunas definiciones, a modo personal pero con la ayuda de algunas ideas de Jorge Luis Borges. La poesía es emoción, es decir si uno siente emoción al leer un texto, al contemplar un cuadro o una escultura, al oír alguna melodía; ahí está la poesía. Pero también queda evidenciado que al ser todos, unos diferentes de otros, así también el modo en que nos acercamos a la poesía tiene sus evidentes matices, e impredecibles resultados.
Para esos abismos de diferencias de percepción, Gonzalo Ríos y Carlos Zeballos han construido en este libro, los puentes que conectan de manera sutil, esos territorios donde se ensayan los textos sobre el habitar y se grafican en fotografías los prados donde descansa nuestra mirada.
Para terminar vuelvo al principio, como un viaje a la semilla y parafraseo a Carlos Oquendo de Amat.
“Abra este libro como quién pela una fruta madura.”
Que grato encuentro Lolito!!, justo te iba a pedir si habías conservado el texto que leíste en la presentación del libro, y ahora tienes la generosidad de hacerlo público. Gracias amigo poeta un honor haberte tenido como presentador de "Poética de un mundo habitado".
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